Sus utopias sin inquietudes.
Sin suspiros sin hacer ruido
y sus castigos sin condenas.
Sus relojes adelantados
que van perdiendo segundos
y sus caminos sin senderos
que se encuentran en ninguna parte.
Sus arcos sin flechas
y esa lluvia que no moja
porque tan solo te roza
cuando escampa la tormenta.
Sus silbidos sin sonidos
que dejan un eco nitido
en la aurícula derecha
de su corazón vacio.
Su sonrisa con tristeza.
Su despiste incontenido
y esa forma incongruente
de mandar todo a la mierda
cuando sale el arco-iris
en mi cuento de princesas.
Como si nunca hubiese sido
jueves por la tarde,
yo me deshago en mi lio
y tu solo te diviertes,
mientras olvido en un charco
el sueño de retenerte.
Entre manzanas y "bambis"
te encontraré derretido
en el glacial del paraiso
de nuestro bar de vampiros.
A Xavi (17-09-06 - 03:40 h)
