Como una explosión meciendo una cuna
en mitad del horizonte y en medio del meridiano
y que no valga la redundancia
ésa de al perderte que te encuentre
o cosas parecidas.
Después de algunos millares de segundos
encendidos y vestidos de purpura
solo escucho una guitarra desafinada
bajo algunos focos recien fundidos.
Ya no hay llanuras que recorrer,
ni montañas que trepar,
solo quedan algunos árboles
simulando que se secan en cualquier otro invierno.
Ya no huele a cesped recien cortado
ni sabe esta tarde a tarta de fresa.
Después de la luna vendrá otro sol,
más pequeño e impacientado,
peo será capaz de arañar tu rostro
y dejarlo enrojecido... como el del Agosto pasado.