Regalo insultos de colores,
alguna lágrima con cianuro y varias mortajas (sin estrenar, claro).
Regalo también una venganza de 3 metros, que ya no me cabe en ningún sitio,
(así que me corre un poquito de prisa; la llevo a tu domicilio, si quieres).
Regalo una sonrisa pícara llena de burbujas de nitrógeno líquido.
Todo lleva un genial obsequio que sin duda mereces;
una caricia de acido nitroso en tu mejilla derecha.
Llamamé y te enseño fotos. Te lo mando por servicio urgente.