El hábito de actualizar tu blog es un buen hábito, sin duda.
Tu diario interactivo, estruja tu mente, te habla de la actualidad del mundo, de las vidas de tus bloggers favoritos. Te abre en canal el ingenio y la creatividad para sacar a veces 100 gramos de novedades y a veces un par de kilos de pasado rebozado frito. Pero siempre te da las dos mil posibilidades de meterte en tu vida y en la de la "gente de todos los días".
Mi amigo Juan hace trescientos cincuenta y cuatro años que no actualiza su blog. Ya me estoy desesperando. Judith, se está dejando un poco (va escasa de inspiración pero espero que vuelva a la batalla en breve). Daniel, lo he eliminado de mi lista (ya se sabe amor con amor se paga, y los amores no correspondidos...). Marius siempre me deja su punto de vista inédito, único, original o crispante (me encanta, además es de los mios; es raro que pedone un día sin posts).
En fin que esto es una gran familia virtual, los amigos con los que no tomas cañas, la "gente de todos los días", con los que ya es indispensable respirar.
Al chico de la lluvia, al que espero todos los días.