Anoche soñé contigo...
y que me importa si este hada ya no está en tu cielo,
si no sobrevuelo tu aureola,
a veces, tal vez, solo de lejos,
dejándome un ratito de respirar
y encontrándote en mis nubes medio muerto.
Te soñé y perdí al mismo tiempo
en la misma décima de segundo en que te encontré aquel día,
menos mal que mi agonía era mentira,
menos mal que pude meterte en la carcel de mi vida
y tirar la llave al mar, bien a lo lejos.
Anoche soñé una vez, otra cualquiera,
que tenías menos fuerza que aquel día
y aunque casi me ahogas con tu abrazo
me alegré por una vez de ver el día
y tenerme que largar de ahí tan temprano,
solo pensando en tu sombra y mi zumo de naranja,
solo en tu huella mordaz y en mis papeles desordenados...
viernes, 29 de febrero de 2008
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